¡No!¡La vida no me ha desengañado! Por el contrario, de año en año la encuentro más verdadera, apetecible y misteriosa; la encuentro así desde aquél día en que vino sobre mí el gran liberador, a saber, el pensamiento de que la vida podría ser un experimento del que conoce, y no un deber ni un destino ni un engaño. Y el conocimiento mismo […] para mí es un camino de peligros y victorias, en el que también los sentimientos heroicos tienen su lugar de danza y de recreo. ¡‘La vida un medio de conocimiento’, llevando este principio en el corazón es posible vivir no sólo con valentía, sino también con alegría, e igualmente reír con alborozo!