como dice Paul Klee, «un filósofo sin saberlo», porque la pintura es una reflexión desprovista de ideas: más próxima en esto al sentido espontáneo del ser en el mundo, es «una presentación sin concepto del ser universal». Merleau-Ponty ve en el gesto del pintor la expresión de nuestra relación con el ser, la manifestación de esta «febril génesis secreta de las cosas en nuestro cuerpo».
La obra es por tanto la cosa visible que se ve, o la visión que se hace visible: es reflexión. La pintura no es así la copia de alguna cosa que preexistiera a ella, porque el Ser no es otra cosa que un estallido; la pintura es aquello por lo que se expresan «las voces del silencio», ese logos del mundo silencioso que es «la centella del sintiente-sensible».
Denis Huisman sobre El ojo y el espíritu de Maurice Merleau-Ponty
Perpensatio 